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miércoles, septiembre 21, 2005

 

Visita a la isla Suomenlinna




El domingo toca descansar. Después de la fiesta del sábado y una vez hecha la siesta, fuimos a la isla Suomenlinna. El viaje en barco a la isla viene incluido al pagar la travel-card, que es carísima pero se acaba amortizando. Unos 70 € por un més la tarjeta regional, que permite coger buses, trenes, tranvías y metros entre distintas zonas.

No elegimos precisamente el mejor día para ir: estaba medio lloviendo, no hacía mucho frío pero si un viento endemoniado. Desde el puerto de Helsinki puede verse perfectamente la isla. Hay que decir que Finlandia tiene aproximadamente 180.000 islas. La gran parte de la superficie son bosques. Hay tantos árboles que a veces te sientes fuera de lugar.

El viaje en barco dura 15 minutos si llega. Cuando llegamos todos los museos estaban cerrados, además de que era domingo. Por lo que he podido leer, la isla es básicamente un monumento de arquitectura militar. Las construcciones se realizaron durante el gobierno sueco en el siglo 18 y cuando se terminó llegó a ser uno de los muelles más grandes del mundo. Las construcciones se han llegado a comparar con las fortificaciones marítimas de Gribraltar. Actualmente viven unas 850 personas en la isla.

Recorrimos a pie gran parte de la isla, soportando el frío, el viento y la lluvia, todos con las capuchas puestas, bufanda, gorro o similar. Entre unas cosas y otras, estuvimos a punto de perder el último barco de regreso a Helsinki, suerte que aún quedaba otro turno más. En España no habríamos salido un domingo lluvioso de excursión, pero aquí hay que empezar a acostumbrarse; si te quedas en casa cada vez que hace mal tiempo, puedes acabar hecho un ermitaño. Ésto es muy importante: el shock cultural que se recibe al llegar a Finlandia es muy fuerte y los inviernos pueden "trastocarte" un poco. De todas formas, no es lo mismo llevar toda la vida o unos cuantos años aquí, que pasar sencillamente un año de tu vida.