Dazed and Confused. Erasmus en Helsinki, Finlandia

Espectacular. Durante esta semana, la temperatura a subido por primera vez desde diciembre por encima de los cero grados. Y eso que estamos en febrero, el més más frío del año. Si es que Finlandia ya no es lo que era. Se supone que las temperaturas han de bajar de nuevo, pero vaya, que lo más difícil ya está superado. De vez en cuando comento: "en dos semanas estaremos todos en manga corta", pero me miran como al loco del grupo.

El sol empieza a calentar y lo aprovechamos al máximo. Esperando al bus en Huopalahti, nos ponemos de cara al sol, recuperando calor perdido. Este sol no es como el de Valencia, que en 5 minutos estás sudando, sino que da un suave y tímido calorcillo.

El viaje a boston: ya tenemos hecho el planning definitivo. Nos vamos el día 15 de marzo por la mañana, a las 7.45. Hacemos escala en Londres y de ahí directos al aeropuerto de Boston, donde llegamos a las 16.55 (hora local). De miercoles a sábado estaremos en un pequeño hotel en el centro de la ciudad y nos encontraremos con los economistas del pryecto en el MIT. El sábado es nuestro día libre para ver la ciudad y hacer de turistas lo mejor que podamos. El domingo cogemos un tren que nos lleva a Rhode Island, donde nos instalaremos en un pequeño hotel muy cerca de la Rhode Island School of Design. De lunes a miercoles trabajaremos con los diseñadores. El jueves volvemos a Boston y tomamos el avión de vuelta a casa, pasando por Londres. Llegamos a Helsinki el viernes 24 por la tarde.

Este año espero más ansioso que nunca la primavera!

Esta mañana he tenido una reunión con el equipo del proyecto, la 3ª esta semana. Ya sabemos el producto que queremos desarrollar, a quién va dirigido y qué funciones debe tener. El siguiente paso es el diseño, especificaciones, detalles y cuando ya esté todo esto claro, empezaremos a fabricar los prototipos (maquetas).

Parte del equipo, dos diseñadores y dos "business man", colaboran desde Boston. Vinieron a Helsinki en octubre y luego de nuevo en enero. Volverán en abril, cuando terminemos el proyecto, para la gala y la presentación final. El equipo "finés", hemos pensado en hacer nosotros un viaje a Boston y seguir avanzando en el proyecto.

El problema que se plantea ahora es el siguiente: en Finlandia somos 9 personas, pero sólo hay presupuesto para unos pocos. Si van 4, se les puede pagar el avión y alojamiento, pero faltarán más de 400 euros en gastos. Eso es mucho dinero y nadie está dispuesto a pagar esa cantidad. Si van 3 personas, se les paga completamente avión, alojamiento y algunos gastos, pagando cada uno 150 euros, más o menos. Finalmente son 3 los que van, el project manager y dos más. Hay que decidir quien va y quien se queda. Dos fineses directamente, no querían ir. Quedan 6 y todos mataríamos por el viaje.

Dejamos pasar unos días, hicimos la lista de tareas a hacer en Boston y lo que haría falta. De esa manera, sabiendo los temas a tratar, se eligen a las personas adecuadas para cumplir con el objetivo. Todo lo relacionado con economía o estudio de mercado ya se ha realizado casi por completo. El trabajo pendiente es casi todo diseño e ingeniería. Así que quedan 4 ingenieros y un diseñador. Somos 5, sobran 3.

Para el trabajo que hay que hacer, se necesita un informático medio disenyador y un ingeniero deportista. El project manager, no sabía cómo decirlo, era una situación bastante dura. Llevabamos hablando del tema varias semanas y todos teníamos muchísima ilusión en hacer el viaje. Finalmente, nos dice que cree que deberiamos ir Jouni(un finés muy cachondo) y yo. Cuando lo ha dicho, me he acordado de aquel momento en septiembre en el que Guillem me convencía para enviar una solicitud por email a la asignatura Product Development Project. Estuve a punto de no hacerlo, de pensar que no me aceptarían, que sería demasiado tarde, que seguramente fuera un proyecto de mecánica sin mucho que ver con informática, que ya había pasado el plazo de solicitud... pero lo hice. Ahora, más que nunca, saludos desde Helsinki a la madre de Guillem, que sigue el blog semana a semana.

Todavía no me lo acabo de creer, de erasmus en Helsinki y de rebote, una semana en Boston. Bueno, el tiempo que esté allí estaré liado con el proyecto, así que no tendré demasiado tiempo para hacer turismo. Eso sí, prometo hacer muchas fotos! Parece ser que el viaje será del 12 al 19 de marzo. Bonita forma de pasar las fallas!

No sé nada acerca de Boston, qué lugares son de visita obligada? Alguna sugerencia?

Bueno Alex, creo que te he quitado el título de cabrón con suerte ;)

De camino a la universidad, he hecho una serie de 30 fotos, para que veais cómo son los alrededores de Helsnki. Al hacer una foto, me he quedado unos segundos parado, pensando que la cámara estaba tomando las fotos en blanco y negro, nada de eso. A las 10 de la mañana, en algunos puntos, el paisaje se vuelve un tanto gris. Hice la foto en color y después la misma en blanco y negro... casi no había diferencia! Aquí podéis encontrar la galería, así os podeis hacer una idea de cómo es el entorno en el que me muevo.

No hace demasiado frío, pero nieva bastante a menudo. Cuando la temperatura se acerca a -5 grados, la nieve se deshace, pero no del todo. Se convierte en un charco bastante incómodo de pisar, como si fuera barro. Esta nieve, con el paso de los coches y la suciedad, adquiere un aspecto horrible. El centro de Helsinki, cuando la nieve toma ese aspecto, da bastante pena...

En cambio, cuando suben las temperaturas pero bajan de golpe, se forma una capa de hielo que da miedo. Si además nieva sobre el hielo, la caída está asegurada. Muchas veces, de camino a la estación de trenes, vamos corriendo (muchas veces perdemos el tren) y se convierte en un festival, aquello resbala que no es normal!

El otro día, al salir de un pub, hablando con una finesa, me confesaba que odiaba el tiempo que hace en Finlandia. Estaba harta del frío, la nieve y del invierno de Helsinki. Se volvía loca cuando gente como nosotros (españoles, italianos, etc...) que venimos de climas cálidos, elegimos voluntariamente un sitio como éste. Para los erasmus, precisamente lo que a ella le resulta odioso, para nosotros es totalmente exótico y atractivo. Eso sí, estamos un añito y nos vamos. Ella se queda el resto de su vida. La escuchaba hablar y se notaba la rabia en su interior. La chica contaba los días que faltaban para irse de vacaciones con su novio a Tailandia.

Hoy, hablando con los fineses del proyecto, preguntándole por pubs y bares chulos donde ir de copas, me dice que muchos cierran en invierno. Me confiesa que se deprimen en invierno y se vuelven menos activos. Yo creía que bromeaba, "en serio?" le pregunto, él afirmó gravemente con la cabeza.

De todas maneras, a mí febrero me parece un més intensamente exótico. Cada día es más largo que el anterior. El cielo se va tornando más azul y puedes notar cómo el sol va subiendo poco a poco. Cada día que pasa estamos más cerca del sol de medianoche, pero esto sólo ocurre en julio/agosto, lástima que no estaré aquí para verlo!

En la asignatura del proyecto que realizamos para Nokia, soy el único informático. Me encargo de resolver cualquier duda que se plantee relacionada con tecnología/internet/informática. Durante el desarrollo del producto, cuando ya se tiene claro qué se quiere hacer, se empiezan a hablar de detalles técnicos, formatos, capacidades y limitaciones.

Cuando nos reunimos, siempre me sorprende una cosa: me hacen preguntas como si yo tuviera todo el conocimiento de la tecnología actual. "Es posible esto... ?", "y si cogemos este aparáto y lo hacemos inhalámbrico... ?", "a qué velocidad funciona esto otro?". En el equipo hay economistas, diseñadores e ingenieros. La mayoría tiene un contacto habitual con la tecnología, pero sin darse cuenta de la complejidad que hay detrás de esta. Y bueno, de eso se trata, de poder usar los últimos avances sin ser un ganador de un premio Nobel.

Hay momentos en las reuniones, que me entra la risa, cuando me piden "hackear el iPod", o como alguien se había enterado de que un aparato funciona con Linux, nada más sencillo que añadirle un "interfaz inhalámbrico o conexión bluetooth".

Muchas veces esperan respuestas inmediatas para asuntos que requieren dedicarle su tiempo y/o investigar. Me dan documentos de 15/30 páginas y me preguntan: "puedes programar en este cacharro?". Al final parece que la tecnología funciona por mágia, pero en realidad es muy, muy limitada. Pero lo más divertido y ameno es explicarles por qué la idea esta no puede funcionar o por qué si; qué hace falta para que dos máquinas se entiendan; siempre con un lenguaje/vocabulario con el que me entiendan. Normalmente uso metáforas de situaciones que ya conocen, así es todo más fácil.

Ahora me doy cuenta de que cuando se acaba de estudiar informática, realmente se sabe muy poco en concreto de nada (supongo que como el resto de carreras). Tienes conceptos generales de esto y lo otro, plataformas, lenguajes y parámetros que no sabes cuándo los usarás. Durante el proyecto, aparecen muchos detalles que ya he estudiado, pero muchísismos más que no había oído nunca. Da lo mismo, llegado el momento, hay que aprender lo que se tiene entre las manos, si hace falta, partiendo de cero.

Hoy me he levantado y hacía un hermoso día de invierno, -10 grados y el cielo blanco. Aprovechando que todo el mundo está durmiendo después del viaje a Estocolmo (yo no he ido), he pensado que era un buen momento para disfrutar de la soledad.

Como antropólogo aprendiz que soy, me he dirigido a los dos cementerios más grandes de Helsinki. Cada cultura trata a sus muertos de una forma muy distinta, dependiendo de cómo vean la muerte frente a la vida. Históricamente han sido enterrados en casas, iglesias, plazas o en auténticos monumentos. Si los muertos forman parte del día a día de un pueblo, permaneceran cerca de éste. En cambio, si se les mantiene alejados, fuera del tráfico normal, se está eludiendo a la muerte, tratando de evitarla, tan sólo recordándola cuando no hay más remedio.

Se puede aprender mucho de una cultura viendo sus cementerios / necrópolis. Un ejemplo clásico es la cultura egipcia, que valoraban más la segunda vida (la muerte) que la primera. Llevo un tiempo viviendo entre fineses y me parecía buena idea visitar sus antepasados. He buscado en internet información acerca de los cementerios fineses y su historia, pero está todo en finés.

Los dos cementerios más importantes de Helsinki, el ortodoxo y el otro, están muy cerca del centro, a tan sólo 10 minutos, junto al mar. Muchas tumbas tienen nombres alemanes, debido a las varias guerras en las que se ha visto envuelta Finlandia. Me resulta muy curioso ver la distribución de las tumbas; no una encima de otra, como en Valencia, sino una junto a otra. Rodeadas de nieve y arboles, fineses hasta el final.

Allí estaba yo, prácticamente solo en el cementerio, escuchando el crugir de la nieve bajos mis pies, con únicamente un cuervo como compañero. Aquel animal me siguió durante todo el camino, emitiendo su particular sonido. Es extraño caminar delante de toda aquella gente, extraños que nunca llegué a conocer. Me vino a la mente, la cantidad de personas que pasan delante de mí, en la ciudad, universidad, tren, que nunca conocería y que de alguna forma, son parte del cementerio.

Me quedé mirando las tumbas, cada persona con su historia; vivieron sus dias y ahora yacen por siempre, sin prisa, asumiendo el tiempo. Sin embargo allí estaban, mostrándome su nombre y fecha de nacimiento. Yo sabía más de ellos de lo que muchas caras desconocidas sabe de mí, y comprendí por qué enterramos a los nuestros.

Seguí caminando y me encontré con una tumba custodiada por una curiosa escultura: una mujer con la cara cubierta con las manos, llorando de dolor. Me pareció una imagen terrible, de gran fuerza y sentimiento. Qué terrible historia se esconde detrás de esta escultura, es algo que tan sólo ella sabe.

Junto al cementerio, los niños juegan en un lago congelado.

El mes de febrero dicen que es el peor. El más helado de todos. Casi todos los dias neva durante un rato. La temperatura se situa entre -10 y -25 grados. No es que haga mucho frío, pero esto es relativo, me explico:

Los que llevamos en Finlandia desde septiembre, empezamos sin chaqueta y con zapatillas normales. Nos fuimos adaptando al tiempo, más capas y mejor ropa. El frío se va asumiendo y se aprende a salir igualmente por la noche, llueva, neve o haya capas de hielo por toda la ciudad.

Los que acaban de llegar ahora en enero/febrero, estan acobardados. Hay un cambio de temperatura de unos 30 grados. Muchos no habían experimentado el bajo cero. Hace frío todo el día y estar en la calle es infernal. Los primeros días hay que resolver mucho papeleo y si se tiene la mala suerte de tener un tutor despitado, te lo puedes pasar mal. "Ayer fuí al centro comercial y me gasté ciento y pico euros en unas botas de goretex y unos pantalones térmicos. Joder, es que estaba hasta los cojones de pasar frío". Me contaba uno de los nuevos. Es que nen, estas en Finlandia, en febrero.

No sé, yo estoy muy contento con pasar un año en Finlandia. Por supuesto que hace frío, pero se lleva bien. De todas formas creo que siempre me adapto bastante bien al entorno.

Arrr... El sistema de seguridad de la universidad me avisa que hace 6 meses que no cambio la contrasenya. Eso quiere decir... que hoy hace 6 meses que estoy aqui!

El día 10 de febrero, es el cumpleaños de mi primo Esteban y el 15 empieza su viaje a Manchester, donde pasará 6 meses de Erasmus. Enhorabuena!

Poco a poco, vamos conociendo los trucos y sabemos donde buscar y comprar qué cosas. Si eres socio de la compañia Viking Line, te envían ofertas por correo con precios reducidos. Nos enteramos de un viaje a Talin, ida viernes y vuelta el sábado. Compramos los billetes y al barco.

Tallín (o Talin) es la capital de Estonia. Está a 3 horas en barco desde Helsinki. Esta ciudad es conocida sobre todo por tener precios muy bajos para el alcohol y el tabaco, respecto de Finlandia. Los precios rebajados, siguen siendo mucho más caros que en España, motivo por el cual, cuando los nórdicos nos visitan se vuelven un poco locos.

Talin es una ciudad medieval. Pasear por sus calles es como volver a la edad media. Es realmente bonita. A veces parecía estar dentro de la novela "Los pilares de la tierra". Gran parte del casco antiguo se conserva perfectamente. En cambio, se ha convertido en una ciudad fantasma: prácticamente ya no vive nadie. Todo está orientado al turismo, pero aún así vale la pena.

Al planear el viaje, habíamos tenido en cuenta el tiempo. Se suponía que llegaría un ola de frío el fín de semana. Error. En Talin hacía mínimo -15 grados y no paraba de nevar. Salimos del barco y vamos al hostal, que por suerte estaba muy cerca. Menos mal que ahún llevaba algo de ropa por si acaso en la maleta, me la puse toda. Nos fuimos a ver la ciudad. Cada 5 minutos entrábamos en alguna tienda, para entrar en calor.

A los 5 minutos de estar en Talin, te das cuenta de lo guapas que son las estonas. Altas y con una cara fina como de muñeca. Tienen un toque ruso que las hace más atractivas. Los chicos caminábamos por la calle con la boca abierta.

Es curioso, pero hicimos en Estonia lo que no hemos hecho en Finlandia en meses: una guerra de bolas de nieve. Justo antes de cenar, delante de la iglesia, en lo alto de la ciudad, allí estábamos, correteando arriba y abajo. Llenos de nieve hasta las orejas. El juego duró tanto que acabamos agotados y con la piel enrojecida de la nieve.

Por la noche, fiesta. Esperamos en la puerta de la discoteca más famosa, Hollywood, durante una hora, pero estaba totalmente llena. Semicongelados buscamos otro sitio. Fue una noche loca para todos. Un chaval del grupo se perdió y se quedó sólo. Al llegar al hostal nos pusimos a discutir por otro asunto que se había producido aquella tarde. Aquello pintaba muy mal, afortunadamente todo se arregló.

Talin es una ciudad preciosa. En un día no da tiempo a casi nada, así que habrá que volver!

Sí, damas y caballeros. Ayer fuí al concierto de Deep Purple, nada más y nada menos. Los padres del heavy metal (junto con Led Zeppelin y Black Sabbath) tocando en Helsinki, Finlandia, el país más heavy que haya visto.

El concierto fue una pasada, tocaron temas del nuevo disco (que no me acaba de gustar) y los grandes clásicos: lazy, perfect strangers, highway star, space truckin y por supuesto, smoke on the water. Al principio daba un poco de risa, ver en el escenario a 5 personas de casi 60 años dando saltos y desmelenándose. Pero esta sensación tan sólo dura unos segundos. Tocan con las voluntad (y la juventud) del primer día y eso se nota. Además, el sistema de sonido era, sencillamente, perfecto. Se oía cada instrumento equilibrado, sin ecos ni acoplamientos...

Tienen un directo brutal y la complicidad con el público es permanente. También ayuda la postura de los fineses. El estadio (la pista de hielo cubierta de Helsinki), de 5000 personas de aforo, daba risa. Había más gente sentada en las gradas que delante del escenario, incluso esas entradas son más caras. Durante el concierto, estábamos tan cerca del escenario, que podías notar a Ian Gillan (cantante) mirándote a los ojos. La mayoría de fineses, quietos, escuchando el grupo. De vez en cuando se agitaban y movian un poco los brazos, pero nada que ver a un concierto español. Esta misma situación en España, y para sobrevivir en la primera fila habría tenido que pelear a codazos.

Las entradas se agotaron en apenas 3 horas. Menos mal que el mismo día que abrían la compra (en Noviembre), me levanté a las 7.30 de la mañana y cada 15 segundos le daba al botón de la web "reservar entrada", hasta que a las 8 me permitió hacer la reserva.

Definitivamente un concierto memorable. Al final, Steve Morse (guitarrista) tiró unas cuantas púas al público, pero no pudimos coger ni una sola, y eso que una le cayó justo en el pie a Guillem, los fineses se ponían como lócos.

Recuerdos a Ricardo el pintor, uno de los pocos heavis auténticos que quedan y al que le encanta Deep Purple.

Actualización: Acabo de enterarme de que he sacado un 5 en el exámen que hice por FAX, Computabilidad y Complejidad. Así que cuando acabe el Erasmus, acabo la carrera.