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sábado, octubre 22, 2005

 

Encuentro en la primera fase

Esta tarde hemos ido Johnny (el líder del proyecto) y yo al aeropuerto a recoger a John y Lynna, dos estudiantes de la escuela de diseño de Rhode Island (Estados Unidos de América) que participarán en el proyecto de Nokia. Estarán una semana el Helsinki, conociendo al resto del equipo y participando (cómo no) en las reuniones.

El proyecto cada vez se está volviendo más internacional y aún faltan dos más del Massachusetts Institute of Technology. En total somos 13 personas: 8 fineses, 4 americanos y yo. Los americanos, los conoceremos a todos esta semana, pero trabajaremos con ellos mediante internet, con foros, webs y videoconferencia. Esto se pone interesante. Habrá que estar a la altura: soy el único informático ;)

Hemos estado hablado del proyecto con una cerveza en la mano y muchísimas ganas de empezar en serio a trabajar. No tenemos más que ideas locas en la cabeza, tan sólo posibles en películas de ciencia-ficción.

Hay que ver lo rápido que hablan los americanos. No tienen un acento muy fuerte, así que les entiendo bastante bien, pero me estoy dando cuenta de una cosa: me he pasado toda la vida aprendiendo inglés escrito. En España la asignatura de inglés es más que secundaria y no se hace ni un sólo exámen oral, resultado: un nivel gramático casi aceptable pero un nivel oral peor que pésimo. Además, todos estos años he seguido leyendo material relacionado con la informática en inglés, tanto libros, conferencias, internet... al final acabas con una falsa sensación de saber inglés porque eres capaz de leerlo y entenderlo. La realidad llega cuando tienes que hablarlo día a día y te das cuenta que eres el que peor habla del grupo. Y no sólo eso, el nivel de inglés de los españoles es el peor de todos los erasmus, confirmado.

Allá donde voy, puedo distinguir con los ojos tapados si hay un español entre un grupo de estudiantes. Diréis "bueno, eso es porque se nota el acento y lo reconoces", vale, pero es que no hay un español que no se invente una palabra cada dos minutos o que cometa menos de dos errores por frase.

Pero bueno, lo importante es poder comunicarse y no ponerse nervioso si no encuentras la palabra o expresión correcta.