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miércoles, octubre 05, 2005

 

La familia y la tecnología

La generación de nuestros padres y abuelos, tan sólo sufrían uno o dos cambios tecnológicos en su vida: el teléfono, la televisión, etc... En cambio, la generación actual, no para de sufrir cambios. Transiciones entre tecnologías que quedan obsoletas en un par de años o que alteran de tal forma nuestras vidas que no podemos eludirlas.

Hace unos cinco años, si te ibas de erasmus, lo más seguro que la vía de comunicación inmediata con la familia fuera el telfono, fax e incluso correo ordinario (ese que va en sobre y un sello). Las llamadas costaban una fortuna y tan sólo podías oir la voz de la otra persona.

Los ordenadores, internet, la banda ancha, las cámaras digitales y webcams han revolucionado por completo nuestra forma de permanecer unidos, pese a las largas distancias. Todo esto ya es conocido por todos nosotros, pero ahora, cada vez que hablo con mi família, ellos me ven casi en tiempo real y me escuchan perfectamente. Esto tiene un valor emocional y humano que no tiene precio.

El efecto es el mismo que hablar cuando uno está en la cocina hablando con su madre por la ventana que está en la galería. No se pueden tocar, no se pueden enviar objetos, pero la voz y la imagen es tan cercana que no hay melancolía posible. Lo mismo ocurre con internet. Sabes que hay miles de kilómetros separándote, que por más que te acerques a la pantalla no podrás tocarlo, pero las reacciones a la voz y la imagen son inmediatas.

Si ejecuto el programa tracert desde mi ordenador en la habitación de Helsinki hacia la casa de mis padres en Alboraia (Valencia), descubro que cada paquete enviado hacia mi casa, atraviesa 17 routers, con un retardo (ida+vuelta) de 126 milisegundos por cada paquete. Esto quiere decir que cada vez la información atraviesa 10000 km y nosotros sin darnos cuenta. Cada paquete es leido por los routers, que calculan la mejor ruta para el destino y lo reenvían. Así infinitas veces, de forma transparente y fiable. Ésto es un cambio tecnológico y no lo de la rueda.

Todo esto para decir que es maravilloso disponer de tecnologías brillantes y eficaces que me permiten ver que mi abuelo sigue al pie del cañón, que a mi hermana le han cambiado el "look" y que mi padre y mi madre sonrien cada vez que ven los píxeles que me representan agitándose en la pantalla del ordenador.