Your Ad Here

sábado, enero 21, 2006

 

Viaje a Laponia, tercer día






Hoy durante el día el termómetro marcaba -30 grados. Habeis leído bien, no es un error tipográfico. Habíamos planeado una escursión a la mina de ametistas y nada nos iba a parar.

El camino hasta la mina es de 5 km ir y otros 5 volver. Puede hacerse en moto de nieve (carísimo), ski cross-country, raquetas o sencillamente a pie. Nos dividimos en dos grupos ski y raquetas. Yo me quedé con las raquetas, nunca lo había probado y por 10 euros me pareció genial.

Caminar con raquetas es divertidísimo, te permite andar sobre nieve virgen, sin hundirte y bastante rápido. Hicimos el animal todo lo que pudimos, saltamos riachuelos, nos adentramos en el bosque hasta que no había forma humana de pasar, subimos colinas imposibles y nos caímos también un buen número de veces.

Tengo que decir que hacía muchísimo frío. Las pestañas congeladas, a veces se entrelazaban y costaba abrir los ojos. La braga, bufanda, gorro y guantes se congelaban también, quedándose con un tacto acartonado. Al respirar directamente el aire, la nariz por dentro se resentía y los pelillos (cómo no) se congelaban. Si no paras de moverte desde que sales de la cabaña, mantiene el calor corporal, pero si te paras o te entra el frío, ya no hay quien se lo quite. Las botas que me compré en decathlon son bonitas pero no sirven: al cabo de 20 minutos sentía el frío en los pies y a partir de los 40 minutos el dolor era muy intenso. Unos guantes de lana y otros de nieve encima y aún tenía frío. Probé un par de calcetines, con dos pares y hasta probé algun que otro invento para evitar el frío, nada que hacer.

Conclusión: hacía un frío de cojones.