sábado, marzo 25, 2006
American way of life
Debido al jet lag, son las 4 de la mañana y me siento como si estuviera a punto de cenar. He viajado durante 18 horas y no estoy cansado. Aprovecho para contar algunas curiosidades que me he encontrado en los EUA:
- No importa donde vayas ni donde te escondas. Hagas lo que hagas, te encontrarás con miles de banderas como esta, es decir, la bandera de los EUA. Es algo que sobrepasa los sentidos. Empiezas por verla como algo curioso, luego la odias y más tarde la aborreces. Pero siempre está ahi, no puedes, en ningún momento, olvidarte de en qué país estás.
- Aquí las propinas en restaurantes y cafeterías es algo asumido. Los camarero/as cobran una miseria (unos 4 dolares la hora) y esperan la propina de los consumidores. Entre un 15 % y un 20% es lo normal. Si pagas con tarjeta, hay un campo reservado para detallar qué cantidad quieres donar. Todo esto se me hace un poco extraño. Llevo trabajando de camarero unos 3 años en Valencia y tan solo he recibido una propina.
- La competencia entre las granjas americanas es tan grande, que usar azúcar puro no sale rentable. Usan derivados del azúcar o otras alternativas para obtener un precio más competitivo. Esto lleva a pequeñas contradicciones. En los sobres de azúcar para el café, puede leerse en grande: "Azucar" y en pequeño "este producto está libre de azúcar". Lo mismo ocurre con la leche y otros productos.
- El español tiene un impacto muy alto. Caminando por la calle de vez en cuando puedes escuchar un grupo de personas hablandolo. Muchos carteles, en trenes, buses o en el tráfico, están directamente en este idioma; incluso en el hotel de Providence, aseguraban que todo el personal podía hablar tanto inglés como español. Especialmente en Nueva York, hay una gran cantidad de población hispana.
- Durante los ocho días que he estado en este país, no he visto un sólo lugar donde comprar comida. Me refiero a comida de verdad, como patatas, tomate, queso o arroz. Los sitios de comida rápida esta totalmente extendidos.
- Hay policía en todas partes. Paseando por las calles, aparentemente sin hacer nada. Me habían hablado de la presencia policial en américa, pero se quedaban cortos. Coches haciendo patrulla o policías envueltos en tareas comunes se ven cada dos por tres.
- El control de seguridad en el aeropuerto es bestial. Te hacen quitarte los zapatos! Además de el formulario tan gracioso que hay que rellenar para entrar al país, hay una persona que te pregunta cosas como: "algun extraño ha tenido acceso a tu portatil?"
- No tienen sentido de la proporción. Parece que siguen la norma: "cuanto más grande mejor". De esta forma, los coches (la mayoria camionetas o rancheras) tienen un tamaño 1.5 veces al europeo. Creedme, no es una broma.
Seguro que se me escapa alguna cosa, pero más o menos eso es todo. En definitiva, ocho días espectaculares. Una gran experiencia, la primera vez que cruzo el charco. Los EUA no son ni muchos menos Boston, Providence o Nueva York, esto es sólo una pequeña parte de un país algo transtornado. Bueno! De vuelta a la "good old Europe". En Boston, los últimos días eran totalmente primaverales, soleados y calientes. Ahora en Helsinki, no para de nevar! Auch!