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martes, abril 18, 2006

 

La familia en Helsinki

El domingo, segun lo previsto, llegaron mis padres y mis tios. Fui a recogerlos al aeropuerto y hice la revisión prometida. Han traido la verdura! hurra! Tomamos un taxi y fuimos al hotel. Una vez allí me dieron una maleta entera, la mitad llena de ropa y la otra mitad llena de verdura. Lechugas, tomates, cebollas... además de toda clase de latas (berberechos, atún), también fiambre, loganizas, "mandonguilles"... bueno a mí se me hacía la boca agua tan solo de verlo.

Los dejé descansando en el hotel y me llevé la maleta a casa. Ocupé toda la nevera con la comida, qué pensarán mis italianos!

A la mañana siguiente, vinieron a mi casa, así se les enseñaba un poco el barrio y dónde vivo. Después de hacer un pequeño almuerzo (tortilla de ajos tiernos con mandonguilles) y cafe, tomamos el tren hacia Helsinki. Vimos la catedral, paseamos por el centro y visitamos la isla Suomenlina, antigua fortificación marina.

Qué raro se me hace caminar por Helsinki con la família! Los veo fuera de contexto... y los comentarios que hacen son tan graciosos! "que frío hace, no?", "mira cuanto hielo!"...

Por la tarde los dejé solos por el centro, mientras me volvia a casa a trabajar en el proyecto. Por la noche cené con unos cuantos amigos. Cada uno llevaba un plato, yo preparé la super ensalada valenciana. La verdura aquí es malisima, hasta tal punto que he decidido no comprar estos "tomates y lechugas" por llamarlos de alguna forma. Así que ahí estabamos todos, babeando y chupandonos los dedos ante la mejor ensalada que jamás se haya comido en Helsinki. Y es que la lechuguita del abuelo, los tomates del abuelo, la cebolla, el pimiento, el aceite extra virgen... en fín! qué os voy a contar! Por un momento me sentí como en casa!