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domingo, mayo 28, 2006

 

Fin de semana en la cabaña

Acabo de volver del último viaje en común con los colegas españoles del barrio. El fin de semana ha sido fantástico. Lo hemos pasado muy bien y nos hemos reído como nunca. Como buenos españoles, hemos debatido cada pequeño detalle, discutiendo hasta la saciedad, pero eso es casi inebitable.

La cabaña está situada en medio de ninguna parte, a 2 kilómetros de la parada del bus. Suerte que la dueña nos recogió justo en la parada con un coche, de lo contrario; nos habríamos perdido seguro. Rodeados de árboles por todos lados, con un pequeño lago junto a la casa y sin ordenadores ni cacharros, nos sentíamos puros como Heidi en la montaña. La casa tenía de todo: sauna, 15 camas, cocina completísima, chimenea, barbacoa y un comedor bastante grande.

Pasamos el fín de semana jugando a juegos clásicos como el escondite, polis y cacos, el asesino y cómo no, un partidito de fútbol. En los ratos libres hablábamos de tonterías y de la vida en general, de las aventuras que nos han ocurrido durante el año y de los créditos no superados. Entre pasta y carne hecha a la barbacoa nos alimentamos bastante bien. Durante la cena del sábado, entre risas y buenos recuerdos, celebramos el 21 cumpleaños de Núria, con su tarta y sus regalos.

Ahora los dias tienen 18 horas de luz, el sol sale a las 3 y pico de la mañana y hasta las 10 y media no se pone. Eso quiere decir que las fiestas nocturnas tienen poco de nocturnas. Acabas yéndote a dormir a las tantas y ya es de día. Pero bueno, cuando hay sueño se durme de cualquier forma. En definitiva un gran fin de semana, otro de los grandes viajes que he hecho durante el erasmus.

Oído cocina: ya tengo billete y fecha de vuelta: martes 13 de junio. Vuelo directo con Finnair, Helsinki-Barcelona. Desde Barcelona tomaré un avión a las 16.25 que me dejará en Valencia a las 17:15. Empieza la cuenta atrás!